lunes, 23 de octubre de 2023

Diario de Argile III

 


Aquí estoy de vuelta con los diarios, para seguir con la historia de Argile. Continua desde lo anterior, así que os dejo los links en el orden de lectura para que podáis seguir este culebrón sin perderos.


Jeudi, 4 mai

Si soy sincero, me había vuelto a olvidar del diario. Hace un rato vi a Rochelle con el suyo y pensé que quizá debería ponerlo un poco al día.

Estas semanas han sido bastante tranquilas. Las cosas con G van bien, cada vez discutimos menos. Con la experiencia, me doy cuenta enseguida de cuando tiene un mal día y evito cabrearla más, y ella se ha acostumbrado a mi manera de ser y ya no se desquicia por lo tranquilo que soy cuando no estamos de acuerdo en algo. Sigue sin ser la chica más cariñosa del mundo, pero yo tampoco soy un romántico, las cosas como son.

Lo paso genial con ella, tanto cuando estamos solos como cuando salimos con nuestros amigos. Además ahora tiene más tiempo para mí porque está ensayando menos a menudo con las chicas del grupo, resulta que Crystine les pidió un descanso para poder estudiar más. Me preocupé un poco cuando me enteré de que Crystine tenía problemas en clase, porque antes sacaba muy buenas notas y es obvio que le ocurre algo, pero después de la escena del Coffin Bean prefiero no insistir. Apenas la veo porque se pasa los fines de semana estudiando, pero nos mandamos mensajes y cuando nos cruzamos por los pasillos del instituto siempre nos paramos a charlar, así que creo que todo está bien entre nosotros. Supongo que nunca sabré por qué se enfadó tanto aquel día, pero me parece bien mientras sigamos siendo amigos.


Vendredi, 12 mai

Llevo de bajón desde principios de esta semana. No es que haya pasado algo malo, lo que pasa es... me da un poco de vergüenza admitirlo, pero últimamente estoy echando mucho de menos Scaris. Aquí tengo a G, a Rochelle y unos amigos increíbles, no debería quejarme porque he tenido mucha suerte, pero supongo que a veces te arrolla la nostalgia y no lo puedes evitar.

Esta mañana me ha costado un montón salir de la cama. Me tocaba a mí preparar el desayuno, pero Rochelle vio el panorama y cuando al fin conseguí levantarme, había hecho tortitas. Me saludó con un abrazo y bueno, ha hecho el día un poco mejor. Mi hermanita es très charmant.

Las clases han sido especialmente aburridas y he sido incapaz de prestar atención. A la hora de comer, Clawd me prestó sus apuntes sin hacer preguntas; ni siquiera tuve que pedírselos. Luego llegó G con su bandeja, de buen humor, y me propuso ir al cine por la tarde y luego a cenar los dos solos. La verdad es que no me apetecía nada salir, solo quería quedarme en casa tranquilo, y fui sincero. Le dije que era mejor que saliese a divertirse con sus amigas. Se quedó muy seria, y pensé que íbamos a tener una bronca, pero entonces me besó y me dijo que no pasaba nada, que lo entendía. Menos mal, porque no sé si habría soportado una discusión.

Después de clase me fui directamente a casa. Iban a ir Ophilia y Robecca a pasar la tarde con Rochelle, así que me metí en mi habitación a ver series desde la cama porque no me apetecía mucho socializar.

Llevaba ya unas cuantas horas revolcándome en mi propia merde (metafóricamente hablando, por supuesto) cuando sonaron unos golpes en mi puerta. Supuse que sería Rochelle y le indiqué que entrara, pero era G quien estaba allí. Me dijo con una timidez nada habitual en ella que me había visto triste últimamente y que había venido a ver cómo estaba, pero que podía marcharse si me molestaba. “Tú nunca me molestas, ma chérie”, le aseguré con toda sinceridad, y me levanté a darle un abrazo. Me sentía muy estúpido, porque ella debería estar aprovechando la tarde del viernes para pasarlo bien, y en lugar de eso había ido a verme. ¿Tanto se notaba que estaba triste como para haberla preocupado? Tengo que aprender a gestionar mejor esas cosas, no quiero que G lo pase mal por mi culpa.

Nos quedamos un rato sentados en mi cama, besándonos, pero no pasamos de ahí y me fijé en que ella miraba mucho el reloj. Imaginé que había quedado después con sus amigas y no quería que se le hiciese tarde, y no le di más vueltas. Entonces su móvil empezó a sonar, y aunque normalmente lo ignora cuando estamos enrollándonos, dio un salto y fue corriendo a cogerlo. Descolgó y saludó a la cámara, y eso fue lo que terminó de convencerme de que ocurría algo raro porque G odia a muerte las videollamadas. Pero no tuve tiempo de reaccionar, porque me lo pasó diciendo simplemente “es para ti”. Cogí el móvil bastante desconcertado, y allí estaban Catrine y Garrott saludándome desde nuestro café preferido en Scaris. Mon Dieu, cómo los echaba de menos y cómo me alegraba de verlos, aunque fuese a distancia. G me sonrió y salió de la habitación, imagino que para darme un poco de intimidad.

Me animó mucho hablar con ellos. Garrott me contó que ha conocido a alguien y están empezando a salir, es un hombre lobo que se llama Pawl. Por los datos que me dio, deduje que era el hermano de Clawd y Clawdeen, que lleva unos meses en Scaris trabajando como modelo. Le monde est petit! Vaya casualidad. Catrine está pintando más que nunca, y este verano inaugurará su propia exposición. Es genial que sea en verano, porque estaré allí y podré ir a verla.

Hace un par de horas que terminamos de hablar, y después G y yo hemos estado un buen rato encerrados en mi habitación. Estoy aprovechando para escribir mientras ella se da una ducha y esperamos la pizza que hemos pedido para cenar. Se va a quedar a dormir en casa, y no pienso soltarla en toda la noche.


Dimanche, 4 juin

¡Las chicas ya han encontrado batería para su grupo de música! Se llama Mudrey y me ha caído bien. Aunque la cosa está un poco parada por el descanso de Crystine, G está quedando mucho con Mudrey para enseñarle las canciones y que esté al día cuando todas vuelvan a los ensayos. Esto hace que nos veamos un poco menos, sobre todo entre semana y los domingos, pero no me molesta porque sé lo importante que es el grupo para G. Y también me alegro mucho de que haya hecho una amiga nueva, parece que se llevan genial.

Ayer estuve en la obra de teatro del instituto. No soy muy aficionado al teatro ni a los musicales, por no decir nada, pero era muy importante para Crystine y no podía faltar. Le preocupaba mucho que se fastidiara por su culpa; totalmente infundado, en mi opinión, porque era muchísimo más probable que la cagase Holt.

Pues al final no la cagó nadie, o al menos no se notó desde el público. Crystine lo hizo genial y Holt estuvo a la altura. También actuaban Dolly y Operetta, con papeles menos importantes, y otros monstruos que conozco solo de vista.

La historia era demasiado dramática para mi gusto, pero lo cierto es que me divertí más de lo que esperaba viéndola. Fui con G y Rochelle, y una vez allí nos sentamos con Ghoulia, Cleo y Deuce. Rochelle parecía un poco incómoda, empiezo a sospechar que Deuce no le cae bien porque siempre lo evita. Cleo estaba con cara avinagrada, supongo que aún celosa de no ser la protagonista de la obra, y Ghoulia nos dijo que conocía la historia y estaba deseando ver cómo era la adaptación musical que había hecho el profesor de teatro. Deuce se pasó durmiendo la mitad del tiempo, con Cleo dándole codazos en las costillas.

G también había ido para apoyar a Crystine y a Dolly, no porque le guste el teatro, y parecía un poco aburrida. Cerca del final, se inclinó hacia mí sinuosa como una serpiente y me susurró que esa noche su madre no estaría en casa. A partir de ese momento me fue más difícil concentrarme en la historia.

Antes de acabar por hoy, quiero mencionar una cosa. En unos cuantos momentos de la obra, los protagonistas se besaban y se me hizo muy extraño ver a Holt besando a Crystine. Si no fuese très ridicule, diría que me molestó un poco. No tiene ningún sentido, primero porque es teatro y segundo, porque aunque hubiese sido real, Crystine es mi amiga y quiero que sea feliz. Ahora lo estoy pensando y creo que quizá fue eso, Holt es simpático y divertido pero se porta como un capullo con las chicas. Supongo que me fastidió porque Crystine se merece a alguien que la trate bien.


Vendredi, 9 juin

Esta noche Draculaura ha dado una fiesta en su casa, aprovechando que su padre estaba de viaje de negocios. Todos han estado muy emocionados esta semana, porque por lo visto la del año pasado fue espectacular. Pero a G la castigaron hace un par de días y no ha habido forma de que su madre cediera y la dejase ir. Le propuse colarme en su habitación para pasar la noche con ella cuando su madre se fuese a dormir, una cosa buena de ser una gárgola es que puedo pasearme sin problema por tejados y ventanas. Pero me dijo que está cabreadísima esta vez y si la pillaba iba a ser terrible, no ha querido arriesgarse. Al final acordamos que yo iría a la fiesta, porque era absurdo que me quedase sin ir cuando ni siquiera podríamos pasar la noche mensajeándonos o hablando por teléfono (su madre también le ha quitado el móvil).

Rochelle me preguntó por la mañana que cómo iba a ir vestido, y le dije que no sabía, que probablemente con lo mismo que me acababa de poner para ir a clase. Puso el grito en el cielo y me obligó a prometerle que me pondría una camisa que tengo en el fondo del armario, la de la boda de la prima Géodette. Odio las camisas, pero bueno, no pasa nada por una vez si así Rochelle está más contenta. Al menos es negra.

Fui a la fiesta por mi cuenta porque mi hermana había quedado con sus amigas para arreglarse juntas en casa de Ophilia. Todos estaban muy bien vestidos y la música no era de mi estilo, y por un momento me sentí solo y fuera de lugar. Pero enseguida me crucé con Heath, que se había despistado y no encontraba a Abbey, y lo ayudé a buscarla mientras nos poníamos un poco al día.

Un rato después estaba bastante cómodo a pesar de la música, charlando con Heath, Abbey, Operetta y Lagoona. Me tomé un par de cervezas, no suelo beber pero la ocasión lo merecía. Operetta también opinaba que la música daba asco, y me estaba girando para ver como se acercaba a Holt a quejarse cuando me topé con Rochelle, que iba con Ophilia y Crystine. Mi hemanita se había arreglado mucho, y en mi opinión está más guapa cuando lleva faldas un poco más largas y menos maquillaje, pero si ella estaba contenta por mí perfecto. Saludé a Ophilia un poco de pasada, me cae bien pero no tenemos mucho trato, y me centré en Crystine porque apenas había tenido ocasión de hablar con ella en persona desde después de la obra.

Estaba muy diferente, también llevaba un vestido mucho más corto de lo habitual y se había maquillado más. Tenía una cerveza en la mano, creo que es la primera vez que la veía beber. Le dije con toda sinceridad que estaba preciosa, y por cómo palideció creo que pudo tomárselo mal, como si habitualmente yo pensase que era fea o algo así. Intenté arreglarlo, pero bueno, nunca se me han dado bien estas cosas, y al final Operetta acudió en mi rescate y se unió a la conversación.

Poco después estaba tomando otra cerveza con Deuce y Clawd, que se escondían de sus respectivas novias por diferentes motivos que no quise preguntar. Se nos unió Scaler, el hermano de Ophilia (y primo de Deuce y G); aunque va a mi curso, era la primera vez que lo veía porque ha estado todo este año de intercambio en Italia y ha llegado esta misma tarde. Deuce me lo presentó y me ha caído genial, le gusta la buena música y parece un tío tranquilo.

Me pareció que Crystine rondaba mucho el puesto del dj, a pesar de que a ella tampoco le gusta esa música, pero no era asunto mío; quizá había surgido algo con Holt durante los ensayos de la obra, después de todo.

Llevaba un par de horas charlando con los chicos y con más gente que iba y venía, cuando vi pasar a Crystine corriendo hacia la puerta del jardín. La conozco lo suficiente para saber que era una de sus huidas pre-llanto, y al mirar hacia Holt lo vi enrollándose escandalosamente con Hottie Burns, la prima de Heath. Volví a mirar hacia la puerta, dando por hecho que alguna de sus amigas iría a consolarla, pero no vi a nadie. Así que me disculpé con Deuce y Clawd y salí tras ella.

La encontré en un rincón del jardín, junto a una fuente, apartada de los otros grupos que estaban fuera. Me recordó al día en que nos conocimos, ella llorando en una fuente de piedra y yo yendo torpemente a intentar consolarla, sin tener ni idea de cómo hacerlo. Enseguida me di cuenta de dos cosas. Estaba muy triste y también muy borracha, y ambas me preocuparon.

Me acerqué despacio y ella se intentó apartar, tambaleándose. Levanté las manos para mostrarle que no la iba a tocar si no quería, pero en ese momento se lanzó llorando a mis brazos. Deseando darle un puñetazo a Holt, la abracé fuerte y dejé que se desahogara el tiempo que necesitase.

Cuando dejó de llorar, un buen rato después, levantó la cabeza y se quedó mirándome con una expresión tan triste que me partió el alma. “¿Todo esto es por Holt?”, le pregunté, sin poder evitarlo. “No merece la pena, ma chére”. Ella se quedo asombrada al oírme, y entonces hizo algo que me pilló desprevenido: se echó a reír. Era una risa que, de algún modo, reflejaba más tristeza que su llanto. “Todavía no lo entiendes, ¿verdad?”, me dijo. La miré sin comprender. “Te quiero”, añadió, y antes de que yo pudiese procesarlo, me besó.

Estaba demasiado alucinado para hacer nada que no fuese quedarme allí plantado. Ni me aparté ni le devolví el beso, y fue ella la que enseguida retiró la cara, avergonzada. Entonces no sé qué me pasó, sigo sin saber explicarlo.

La agarré por la cintura y la besé otra vez.

Me dejé llevar y creo que estuvimos unos cinco minutos besándonos y acariciándonos, pero entonces el sentido común irrumpió de nuevo en mi cabeza. ¿Qué demonios estaba haciendo? Yo quiero a G, no puedo hacerle esto. Y Crystine estaba borracha, probablemente ni quería haberme besado.

Me separé de ella con cuidado y le dije alguna disculpa estúpida. Ella parecía aterrada por lo que había ocurrido, se echó a llorar otra vez y trató de marcharse. La sujeté para que no lo hiciera, y sollozó que por favor la soltara, que quería irse a casa y quería estar sola.

Pero yo no iba a dejarla. Había bebido demasiado y me dio miedo que se fuese a casa sola y que le pasara algo o alguien se aprovechase de ella, como había estado a punto de hacer yo un momento antes. Le dije que la iba a acompañar a casa, que no me hablase si no quería pero que me tenía que asegurar de que llegaba bien.

Se tambaleaba tanto que casi no se sostenía, así que la rodeé con el brazo y empezamos a andar. Hicimos todo el camino en silencio, y tuve tiempo para pensar en lo que había pasado y en lo que me había dicho. Las piezas fueron encajando en mi cerebro, y yo cada vez me sentía peor.

Para empezar, he engañado a G. Ella está en casa, castigada y perdiéndose una fiesta a la que le encantaría haber ido, y yo voy y me enrollo con su amiga. Poco después de que se preocupase por mí y consiguiese los teléfonos de mis amigos de Scaris para prepararme una sorpresa. Soy el peor novio del mundo. Lo más horrible es que me alegro de que le hayan quitado el móvil, porque no me siento capaz de hablar con ella ahora mismo, ni mañana. Ni nunca.

Además, por algún motivo que no entiendo, Crystine se ha enamorado de mí. Yo todo este tiempo pensando que algún capullo se estaba portando mal con ella, y resulta que ese capullo soy yo. Viéndolo ahora en retrospectiva parece bastante obvio, pero ni se me había pasado por la cabeza hasta que no me lo ha confesado. También soy el peor amigo del mundo.

Lo siento mucho”, susurró Crystine cuando llegamos a la puerta de su casa. Le dije que era yo quien lo sentía, y me atreví a preguntarle algo que quizá no quería saber. “¿Desde cuándo?”. Ella sonrió con tristeza, y su respuesta me sigue resonando ahora en la cabeza, en mi habitación, cuando ya está a punto de amanecer. “Desde siempre”.


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