No quería dejar la última historia sin el punto de vista de Crystine, así que aquí lo tenéis. Por si os habéis perdido en este culebrón, aquí está el orden de lectura: Crystine I, Argile I, Argile II y Crystine II (esta entrada).
Gracias por animarme a escribir estas tonterías, yo me lo paso pipa y me alegra saber que hay gente a la que le gusta leerlo :)
Aprovecho para deciros que estoy pasando unos días fuera, no sé si podré actualizar hasta que vuelva a primeros de febrero. Y ahora ya os dejo con Crystine:
10 de marzo
Últimamente estoy muy ocupada, entre los ensayos con el grupo, los ensayos de la obra del instituto y las clases. No tengo mucho tiempo libre, y eso en cierto modo está bien, porque así no pienso demasiado, pero a pesar de todo pienso, y cada vez duele más esta situación. Siempre me había costado sonreír, eso no es nuevo, pero ahora me cuesta hasta respirar. Me muevo a cámara lenta en un mundo que va demasiado rápido, es como estar atrapada en mi propia mente.
El ensayo de hoy ha sido especialmente duro. Ya somos cuatro chicas en el grupo, nos falta encontrar a alguien para la batería, pero somos optimistas. Las dos nuevas, Rita y Dolly, nos han venido muy bien. Dolly me pone un poco nerviosa a veces, pero es muy buena bajista y parece que G la controla bastante bien. Con Rita me entiendo mucho mejor. No habla mucho, cuando lo hace es porque tiene algo importante que decir, y es una chica muy inteligente y calmada. He pensado alguna vez en contarle lo que me ocurre, pero no me atrevo, la acabo de conocer y además forma parte del grupo y no quiero que esto traiga problemas. Quizá más adelante, si cogemos más de confianza.
Con G las cosas son complicadas. Me encantaría que me cayese mal, o poder odiarla, pero no puedo. Tiene mucho genio y a veces se altera por cosas que no tienen importancia, pero en fin, yo también lo hago. Sólo que yo me pongo triste o me echo a llorar, y ella se enfada y grita, pero no dejan de ser reacciones diferentes por causa de un mismo problema de actitud. Además ella es consciente de ello, y muchas veces nos ha pedido disculpas por gritarnos. Si la odiase, todo sería más sencillo. Pero, aunque no somos amigas íntimas, no le deseo ningún mal. Y sé que Argile es feliz con ella, por mucho que me duela. Ojalá fuese una mala zorra que le tratase mal, en ese caso podría intentar que la dejase... pero así no puedo. No sería justo para ninguno de ellos dos, y yo no soy esa clase de chica.
Volvamos a lo que iba a contar, el ensayo de hoy. Cuando estábamos a la mitad, se han pasado por allí Argile y Deuce, y al acabar la canción con la que estábamos hemos hecho un descanso. Argile se acercó a G, después de saludarnos a las demás, y empezaron a besarse efusivamente allí mismo. Sé que es normal, y que tienen todo el derecho del mundo a hacerlo, pero cuando los veo juntos es como si me desgarraran desde el interior. Habitualmente son bastante moderados en público, por suerte, pero supongo que habían tenido una de sus discusiones y se estaban reconciliando. Estuvimos charlando todos un rato antes de volver a tocar. Yo estaba justo frente a ellos, y era duro mirarlos porque G estaba sentada en el regazo de Argile, abrazándolo por el cuello mientras él le acariciaba las serpientes del pelo. Aparté la mirada, y me fijé en Deuce, que estaba a mi lado... y entonces se me ocurrió una idea. Recordé la expresión de tristeza que se le queda siempre a Rochelle cuando ve a Deuce con su novia, y las miradas de odio que le lanza a Cleo cuando cree que nadie la está mirando, y pensé que quizá con ella podría desahogarme. Está claro que no puedo continuar llevando este secreto yo sola o va a acabar estallándome en la cara en el momento menos oportuno, apenas he podido contener las lágrimas el resto del ensayo. Menos mal que cuando canto el resto del mundo casi desaparece. Casi.
11 de marzo
Esta tarde he quedado con Rochelle para hablar. Creo que a ella le ha extrañado que quisiese quedar con ella a solas, pero le ha parecido bien y hemos ido a tomar un helado. Después de hablar sobre algunas cosas sin importancia del instituto, se lo he contado todo. Le he dicho que por nada del mundo quiero interponerme entre su hermano y G, pero que no puedo dejar de sentir lo que siento. Lo cierto es que ha sido un alivio enorme, como dejar salir algo enquistado y podrido de mi interior. Ella me ha escuchado con mucha atención, y me ha prometido que estará a mi lado, aunque no pueda hacer nada. También me ha prometido que no le contará nada a nadie, y mucho menos a su hermano. Y, tras un rato, me ha confesado que ella quiere a Deuce, y yo no le he dicho que ya lo sospechaba, he pensado que era mejor hacerme la sorprendida. También me ha pedido que no lo cuente. Lo saben tres de sus amigas (Venus, Robecca y Ophilia), y me ha dicho que no comprende cómo he podido estar todo este tiempo guardándomelo para mí sola. Cuando le he confesado mi miedo a que Argile lo descubra, ella se ha echado a reír y me ha asegurado que puedo estar tranquila, que su hermano no se enteraría de nada ni aunque pusiese una pancarta que diga “te quiero” delante de su cara. Me gustaría creerla, pero nadie puede ser tan despistado.
Me siento mucho mejor después de haber hablado con Rochelle. No he solucionado nada, pero al menos sé que tengo a alguien a quien puedo llamar en esos momentos en que todo se derrumba, y eso es bueno.
24 de marzo
¡Maldita sea! Hoy he tenido una visión de que iba a ocurrir algo malo, pero no he podido distinguir qué era. Tenía que haberle hecho caso a mi instinto y haberme quedado todo el día en la cama, pero no, he tenido que ignorarlo y estropearlo todo. ¿Cómo voy a arreglar esto?
Habíamos quedado en grupo para ir al cine y al Coffin Bean. Iban a venir los primos Gorgon (G, Ophilia y Deuce), Cleo, Ghoulia y Argile. Yo suponía que iba a ser un poco duro, por tener que ver juntos a Argile y G, pero mi plan era sentarme lo más alejada posible de ellos en el cine y disfrutar de la película con Ghoulia y Ophilia. Pero las cosas empezaron a torcerse... Ophilia me envió un mensaje diciendo que su prima Viperine había ido a ver a la familia por sorpresa, y que todos ellos tenían que suspender el plan. Me dio un poco de pena, sobre todo porque me apetecía pasar la tarde con ella, pero no eran malas noticias. G no vendría, y podría disfrutar de la compañía de Argile con la seguridad de tener por allí también a Ghoulia y Cleo.
Sé que está mal, pero no pude evitar arreglarme más de lo habitual. Necesitaba sentirme guapa, para tener un poco más de seguridad en mí misma... o esa es la excusa que quise ponerme, ahora lo sé. Llegué puntual a donde habíamos quedado, y unos diez minutos después, cuando empezaba a ponerme nerviosa, llegó Argile con prisas y disculpándose por el retraso. Entonces me quedé helada... me dijo que Ghoulia se había puesto enferma y que Cleo tampoco podía ir. Estábamos los dos solos, como... como en una cita. Le propuse dejarlo para otro día, y él me miró sin comprender y me preguntó si no podíamos divertirnos los dos solos, que él pensaba que pasaríamos una buena tarde. Y, claro... no pude negarme.
El rato del cine fue bastante intenso. Una cosa es hablar con él con más gente alrededor, pero nunca le había tenido tan cerca desde el día en que nos conocimos. Me di cuenta de que desde aquel día había evitado todo contacto físico con él, y ahora lo tenía a apenas unos centímetros de mí, en la oscuridad, podía hasta notar su olor. Me sentía como rodeada por un campo eléctrico, es difícil de explicar. A media película, noté que me tocaba la mano y me sobresalté tanto que reaccioné de forma exagerada, dando un respingo. Le sobresalté un poco a él también, y su mano me rozó un pecho un instante al apartarla, creo que no se dio cuenta. Pero yo sí, claro... quería que me tragase la tierra. Él me apretó el hombro y me pidió disculpas por haberme asustado, y yo sólo pude asentir, no tuve ni fuerzas para apartarme. Lo único que deseaba en ese momento era calmar aquella electricidad, pero conseguí permanecer quieta y mirando la pantalla.
Después la cosa empeoró. Fuimos al Coffin Bean, y yo estaba más relajada porque ya había más espacio entre los dos, pero aún estaba preocupada. Aquello parecía una cita, y mi mayor deseo era que fuese una cita, pero no lo era. Llevábamos allí un rato, tomando algo, y entonces él me preguntó qué me ocurría. Yo me aterroricé, pensando que se me estaba notando, y le aseguré que sólo eran tonterías. Entonces él se puso serio y me dijo que no podíamos seguir así... contuve el aliento, esperando lo peor. Pero a lo que se refería era a que le dolía que no confiase en él para contarle mis problemas, que somos amigos y está ahí para lo que yo necesite. Que podía decirle cualquier cosa, que lo entendería. Y por un momento estuve a punto de contárselo. Me habría quitado un enorme peso de encima, eso está claro, pero menos mal que no lo hice, todo se habría estropeado. Cuando iba a abrir mi bocaza, él volvió a hablar... y aseguró que había notado que me gustaba alguien, y que si se lo contaba no diría nada y trataría de aconsejarme. En ese instante me enfadé mucho, de pronto. ¿Cómo podía ser tan estúpido? ¿Cómo podía haber sido tan perceptivo para darse cuenta de que quiero a alguien, pero no de que es a él? Le grité algo, no recuerdo qué, y me levanté para irme a casa antes de empeorar la escena. Él me agarró por la muñeca, con firmeza pero al mismo tiempo con suavidad, y al ver la expresión de su cara me sentí como si me vaciara. De nuevo me invadió esa sensación de electricidad, le miré a los ojos y él me sostuvo la mirada. Estuvo a punto de ocurrir, un sólo segundo más y le habría besado, y al diablo con las consecuencias. Pero entonces él me abrazó, y sentí tanto pánico ante su proximidad, ante lo que podría ocurrir si me quedaba allí, que le empujé y salí corriendo.
Cuando dejé de llorar, aún por la calle, llamé a Rochelle. Necesitaba hablar con alguien de lo sucedido y ella me escuchó, me calmó y repitió unas 200 veces que su hermano es un connard y un crétin, signifique lo que signifique eso (preferí no preguntar). Estuvimos hablando un buen rato, me alegro mucho de poder contar con ella para esto.
He tomado una decisión. Tengo que cortar con esto de raíz, y si eso significa que dejemos de ser amigos, pues tendré que aguantarme. No puedo seguir sufriendo así, voy a alejarme lo más posible de él y sólo le hablaré cuando no quede más remedio, por educación. Si dejo de verlo tanto, seguro que acabo olvidándome de él, ¿no es así como funciona esto?
6 de abril
El plan funcionó, al menos al principio. En realidad no dio resultado, porque seguía pensando en él a todas horas, pero me refiero a que fui capaz de cumplir con mi parte e ignorarle lo más posible. Hubo momentos en que fue difícil, pero conseguí mantenerme firme y no hablarle más de lo imprescindible. Me envió un par de mensajes durante la semana pasada, sin tratar el tema, supongo que para tantear el terreno... yo respondí porque soy educada, pero sin dar pie a continuar la conversación, y él no insistió.
Pero ayer toda mi determinación y fuerza de voluntad se fueron a la merde, como él habría dicho. Tengo que reconocer que últimamente he descuidado un poco mis estudios, y hoy teníamos un examen de matemáticas que llevaba francamente mal. Rochelle se enteró y se ofreció a ayudarme a estudiar ayer por la tarde en su casa, me dijo que me explicaría un par de cosas que me servirían para aprobar o incluso sacar una nota decente. Yo se lo agradecí un montón, porque lo necesitaba, y me fui con ella después de clase.
Cuando llevábamos unos minutos estudiando, apareció Argile en la habitación de Rochelle. Estaba tan pálido como si estuviese hecho de yeso, y tenía muy mala cara. Me saludó de pasada con un movimiento de cabeza (eso me dolió, aunque sabía de sobra que era culpa mía), y le pidió a Rochelle si podía prepararle una infusión porque no se encontraba bien. Ella le dijo que claro, que fuese a acostarse, y mientras ella iba a la cocina yo me quedé allí sin saber muy bien qué hacer. Enseguida volvió Rochelle, y sin darme tiempo para protestar me puso la taza en las manos. “Anda, aprovecha y ve con él”, me dijo. “Lo estás deseando”.
Evidentemente, fui. Juro que mi intención era darle la taza y marcharme, pero sólo tuve que mirarlo para que me desarmara totalmente. Llevaba muchísimo tiempo evitando tocarle, pero en aquel momento mi instinto fue más fuerte que mi fuerza de voluntad. Dejé la infusión en la mesita de noche, me senté a su lado en la cama y le toqué la frente. Estaba ardiendo, pobrecito mío, así que le arropé y le acaricié un poco la cabeza. Él me preguntó si no tenía que irme a estudiar, pero mentí descaradamente y le aseguré que llevaba el examen bien preparado. Le dije que si prefería estar solo que me iría, y entonces él alargó la mano y cogió la mía. “Reste avec moi, s´il vous plaît”, me susurró. Yo no comprendí las palabras pero sí el significado, y no fui capaz de marcharme.
Pasé toda la tarde allí, cuidándole y haciéndole mimos. La mayoría de los chicos son insoportables cuando están enfermos y no paran de quejarse, pero él es tranquilo hasta para esto. Era obvio que se encontraba muy mal y le dolía mucho la tripa, pero no se quejó en ningún momento, o eso creo, porque casi todo lo que dijo fue en francés. Hubo un par de veces en que tuve que decirle que no le entendía, y entonces se daba cuenta y me lo traducía, pero enseguida volvía a pasarse al francés. Al final se quedó dormido, sobre la hora de la cena, mientras le acariciaba el pelo. Y entonces hice algo que no estuvo bien pero la verdad es que no me arrepiento, por muy patético que fuese. Me aseguré de que estaba realmente dormido, le susurré en el oído que lo quería y le besé. Él se movió un poco, pero no llegó a abrir los ojos y siguió durmiendo. Yo suspiré, porque ya sabía que no había vuelta atrás. Acababa de tomar una nueva decisión: no voy a apartarme de él, no quiero hacerlo, y como voy a sufrir de todas formas prefiero sufrir teniéndolo como amigo que estando lejos de él.
Me di cuenta de lo tarde que era y supe que me caería una buena bronca en casa. Cogí una hoja de papel y le escribí rápidamente una nota, que decía: “Siento lo del otro día. Mejórate pronto”, y le dibujé una carita sonriente. Ese tipo de dibujos no va nada con mi estilo, pero sabía que a él le gustaría y quería dejarle claro que volvíamos a ser amigos. Me despedí de Rochelle y me fui corriendo a casa, y por supuesto me cayó la bronca, y un castigo para el fin de semana. Pero mereció la pena.
Esta mañana he tenido el examen de matemáticas, y ha sido un auténtico desastre, pero no me ha sorprendido. Ya tendré tiempo para arreglarlo en la recuperación, hay mucho tiempo hasta final de curso. Estuve toda la mañana debatiéndome entre si enviarle un mensaje o no hacerlo.¿Y si estaba enfadado por la escenita del Coffin Bean y por haberle ignorado toda la semana? Tenía todo el derecho del mundo a estarlo. Pero necesitaba saber cómo se encontraba, porque me había dejado preocupada, y al final me decidí a escribirle. Tardé bastante en saber qué decirle, al final el mensaje fue este:
“Hola, espero no despertarte. Q tal estás, guapo?”
Me arrepentí de haber añadido la última palabra, pero ya estaba enviado. Todo esto fue a la hora de la comida, y Spectra me estaba mirando con mucha curiosidad. Cuando sonó el pitido de respuesta, apenas un minuto después, yo di un bote y agarré el móvil cómo si me fuese la vida en ello, y ella me preguntó con quién me estaba escribiendo. Yo adoro a Spectra, pero por nada del mundo le contaría todo este lío, porque ese mismo día lo sabría medio instituto. Le dije que era mi madre, que estaba enfadada conmigo por haber llegado tarde el día anterior, y abrí el mensaje con el corazón en un puño.
“Tranquila, estaba despierto. Sigo hecho merde pero estoy mejor. Muchas gracias por haber cuidado de mí ayer”.
Sentí un alivio enorme al leerlo, estaba bien y no estaba enfadado. Cuando estaba releyéndolo, sonó otro pitido y me llegó un segundo mensaje.
“Eres la mejor, no sé qué haría sin ti. Bisous”.
Me invadió una sensación muy extraña, una mezcla entre alegría y una tristeza muy profunda. Alegría porque me dijese algo así, y tristeza porque no implicaba lo que yo querría que implicase, ni nunca lo haría. Spectra me vio la cara y empezó a interrogarme, y me la quité de encima contándole que me habían castigado sin salir el fin de semana. Al fin y al cabo, era cierto.
He pasado el resto del día desconectada de la realidad, como si todo a mi alrededor estuviese envuelto en algodón. He leído el mensaje unas trescientas veces.
10 de abril
Había pensado aprovechar el fin de semana de castigo para ponerme al día con las asignaturas que llevo retrasadas, y lo intenté, pero no conseguía concentrarme y acabé escribiendo poemas. También tengo tres canciones nuevas, al menos he sido productiva y le daré una alegría a las chicas del grupo. Se las envié a Rita por monstruomail y ha hecho algunos retoques, creo que han mejorado bastante y ya están listas para enseñárselas a las demás para que entre G y ella les pongan música.
Creo que mi madre está un poco decepcionada conmigo. El otro día ha sido la única vez que he vuelto tarde a casa sin haberla avisado, y me ha acusado de que últimamente parece que tengo la cabeza en las nubes. Yo le he pedido disculpas y he prometido que no lo volveré a hacer, y ella me ha perdonado y me ha dicho que soy una buena chica. Me pareció que estuvo a punto de levantarme el castigo, pero yo no la presioné porque realmente me lo merecía, si haces algo mal tienes que aguantarte con las consecuencias. Me alivió ver que no seguía enfadada, siempre he tenido una relación muy buena con mi madre y lo último que quiero es estropearla.
El día de hoy no ha empezado muy bien. Nos han dado las notas del examen del otro día, y como ya suponía he suspendido. Es la nota más baja que he tenido en mi vida, y espero que mi madre no se entere, porque entonces sí que se enfadaría. El profesor me estuvo mirando de manera extraña durante toda la clase, pero no llegó a decirme nada... en aquel momento pensé que me había librado, qué tonta soy.
Operetta estaba sentada a mi lado y pudo ver mi nota. Al salir de la clase, vino hasta mi taquilla y me dijo que no me preocupase, que sólo era un examen y que si quería me podía ayudar con la recuperación. Yo se lo estaba agradeciendo, y en ese momento apareció Argile. A pesar de haber estado malo hace poco estaba guapísimo, incluso más de lo normal. Se quedó charlando con nosotras un rato, me preguntó por mi examen y yo le aseguré que había ido bien. Operetta alzó una ceja al oírlo, pero no dijo nada. Cuando se despidió para marcharse a su próxima clase, Operetta le dedicó un guiño y una gran sonrisa, y yo me esforcé por no ponerme tensa cuando él me tocó el brazo antes de irse. “Por todos los demonios, ¡qué bueno está!”, exclamó Operetta cuando ya no podía oírla. “¿A ti no te pone ese acento de Scaris?”. Yo me quedé en blanco, sin saber qué responder, y al final dije algo como que no me había fijado mucho. Como para no fijarse... me encanta su voz, pero no me pareció buena idea admitirlo. Operetta suspiró. “Qué lástima que esté pillado, en serio... esa G es un tía con suerte". Yo sonreí con tristeza al escuchar el comentario. “Sí, tiene suerte... es un gran chico”, respondí.
Acababa de despedirme de ella y me dirigía al ensayo de la obra, cuando escuché que me llamaban por megafonía al despacho de la Directora Bloodgood. Mierda. Hubiera preferido que la bronca viniese del profesor de matemáticas.
Llegué y ella me indicó que me sentara. Esperaba que estuviese enfadada, por eso me desconcertó que sonriera. Lo primero que hizo fue preguntarme si todo iba bien, si me ocurría algo. Debió de ver mi expresión de no entender nada, porque entonces se explicó. “Los profesores han notado que ha bajado tu rendimiento en las últimas semanas. Siempre has sido una alumna excelente, y de pronto has bajado las notas, hasta el punto de suspender tu último examen. Todo me indica que tienes algún problema y eso se refleja en tus estudios, ¿es así? Puedes contármelo, no voy a castigarte ni a entrometerme. ¿Va todo bien en casa?”. La situación era absurda... no podía decirle a la Directora que estaba estudiando menos porque me gustaba un chico, a aquello no podía llamársele problema. Sonaba demasiado ridículo. Le prometí que las cosas en casa iban perfectamente, que sólo eran tonterías que me estaban distrayendo un poco. Ella no pareció creerse la segunda parte, porque siguió insistiendo. “No voy a hablar con tu madre porque confío en ti y creo que este aviso será suficiente para que vuelvas a esforzarte. Pero si la situación empeora, me veré obligada a llamarla”. Mientras me dijo eso estaba seria, pero después sonrió y me miró a los ojos. “Crystine, existen dos tipos de problemas en este mundo; los que puedes arreglar, y los que no tienen solución. Si tu problema es uno de los primeros, tienes que encontrar el modo de solucionarlo. Y si es de los segundos, lo único que puedes hacer es aprender a vivir con ello, aunque no sea fácil, y no dejar que afecte al resto de las cosas. No te sientas mal por pedir ayuda, me tienes a tu disposición, o si lo prefieres, tienes amigos que estarán encantados de permanecer a tu lado”.
La conversación se alargó un poco más, pero creo que básicamente eso fue lo más importante. Estoy metida en un lío, tengo que ponerme al día antes de los próximos exámenes o la Directora hablará con mi madre, y mi madre se va a decepcionar de verdad si eso ocurre. Lo de no ser muy alegres viene de familia, y no quiero darle un disgusto. Creo que voy a pedirle a Ghoulia que me dé clases particulares unos días, espero que tenga tiempo y no le importe. Voy a centrarme en los estudios, y aunque no voy a dejar de lado el grupo ni la obra, si mantengo la cabeza despejada podré con todo.
En cuanto al problema, lo que me ha dicho la Directora Bloodgood me ha hecho reflexionar. No tengo nada claro de qué tipo es el mío... tiene solución, pero no depende de mí... bueno, podría depender, pero no quiero. Si sabotease la relación de Argile y G me sentiría tan culpable que no podría soportarlo. Así que mi única opción es aprender a vivir con ello. Maldita sea, ¿por qué tiene que ser tan genial?
Esta muñeeee es muy bonitaa me gusta esta monster peroooo da miedooolas carilla, besosss
ResponderEliminarEspero que sigas haciendo diarios y personajes, Es que ME ENCANTAN!!
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Mi intención es seguir haciendo ambas cosas :)
EliminarTengo curiosidad por saber porqué Dolly pone nerviosa a Crystine, si es sólo el hecho de no tener cara o es algo de su personalidad tambien... :P
ResponderEliminarPor otra parte vaya marrón donde se ha ido a meter esta muchacha, ¿no hay más grupos de música en Monster High? Ay, debería huir de ahí lo antes posible, no se si le compensa la inspiración para escribir canciones tristes frente a la triste realidad. No está mal que se lo haya confiado a Rochelle, nadie mejor para entenderla, pero debería tener cuidado con confiar su enamoramiento a mucha gente, al final todo se sabe...
Estoy deseando saber como sigue, ver si Crystine consigue hacerse a la situación y logra mejorar sus notas y su ánimo o por el contrario si todo acaba explotando y se genera un drama épico (lo de el tocamiento involuntario de él y que ella casi lo besara después me mató) XD
Lo de Dolly es más por su personalidad... es algo especial, la muchacha. El lunes vuelvo a Madrid, así que espero poder presentarla oficialmente la semana que viene :)
EliminarCrystine es un poco masoca, lo de meterse en el grupo fue una idea de bombero... y sí, cuanta más gente lo sepa, peor, pero la pobre ya no podía seguir manteniendo el secreto.
Aún no tengo claro cómo va a seguir la historia... tengo dos posibles opciones, y van encaminadas por donde tú dices: drama épico (muy épico, para ser adolescente, claro) o algo bastante más suave. A ver si hago a G, que quiero contar su punto de vista antes de seguir con los otros dos... maldito pelo de serpientes, qué complicado es.
¡Besos!