Diario de Crystine

Pues el otro día estaba pensando que si los personajes oficiales de Monster High tienen su diario, los míos no iban a ser menos. 

He escrito el primero, intentando seguir la línea y el estilo que tienen los oficiales. Me ha quedado un pelín más largo (soy incapaz de condensar bien), pero creo que se parece bastante.

Bienvenidos a los pensamientos íntimos de Crystine.

Sabré que vas a leer mi diario antes de que lo hagas... ¿no es terrible?

14 de octubre

Hoy estoy triste. 

Las primeras clases fueron más o menos como siempre, pero antes de la comida teníamos Ciencia Loca y me tocó Draculaura de pareja. No tengo nada en contra de Draculaura, es muy dulce y amable y siempre es simpática conmigo. El problema es que, mientras hacíamos lo que nos habían encargado en la clase, me estuvo contando que esa tarde tenía una cita especial y estaba muy emocionada. Me enseñó en su i-Coffin fotos de los dos vestidos que dudaba en ponerse, y entonces tuve una de mis visiones; la cita sería un desastre y Clawd y ella tendrían una discusión muy fuerte. La vi corriendo hacia su casa, bajo la lluvia y con el maquillaje corrido por las lágrimas, y sentí toda su tristeza. Tragué saliva y le señalé uno de los dos vestidos (es el que llevaría, lo acababa de comprobar en la visión), intentando que no notase nada. No tiene sentido contar estas cosas, no pueden evitarse y sólo serviría para que se esfumase la ilusión de la preparación de la cita. Así que le dije que estaría guapísima con ese vestido (era cierto, lo estaría), le pregunté dónde lo había comprado para cambiar de tema y pasamos un rato comentando las nuevas colecciones de las tiendas del antro comercial. No es algo que me interese demasiado, pero al menos me ayudó a distraerme y no pensar en el disgusto que se llevaría la pobre unas horas más tarde.

21 de octubre

Por suerte, Draculaura y Clawd ya se han reconciliado. Estoy muy aliviada, no sabía cómo iba a acabar todo... como sólo se me muestran las cosas malas, nunca sé si los desastres que veo van a arreglarse o no. He comido con Spectra y ella se ha pasado la mayor parte del tiempo escribiendo en su blog sobre el tema, porque estaban los dos comiendo juntos y felices en la mesa de al lado. Hace mucho tiempo que no me pregunta por mis visiones, porque siempre acabamos igual: ella quiere saber qué es lo que va a ocurrir para publicarlo en su blog (anticiparse a las noticias, lo llama), pero yo nunca se lo cuento, y nos enfadamos la una con la otra. Últimamente evitamos esas situaciones y gracias a ello seguimos siendo muy buenas amigas. Hoy me volvió a decir que no entiende cómo puedo ser así, que si ella tuviese mi poder lo aprovecharía para informar a todo el mundo, pero no insistió y se lo agradezco. Después me invitó a una fiesta de pijamas que va a dar mañana en su casa, y como no se me ha mostrado ninguna desgracia, he aceptado. Creo que me vendrá bien divertirme un poco.

23 de octubre

La fiesta de ayer me gustó mucho. Éramos pocas y eso siempre está bien, porque cuando hay demasiadas monstruitas me pongo un poco nerviosa. Spectra había invitado a Frankie, Lagoona y Operetta, y aunque yo apenas había hablado con Operetta hasta anoche, me ha caído muy bien.

Estuvimos hablando de chicos. Spectra intentó sonsacarme por enésima vez qué monstruito me gusta, estoy harta de decirle que no me gusta nadie. No me interesan mucho esas cosas. Operetta comentó que el chico mayor nuevo, el hermano de Rochelle, es muy guapo. Pero por lo visto ya está pillado, sale con G Gorgon, una de las primas de Deuce. No me he fijado demasiado en él, pero es cierto que es mono. Espero que a Operetta no le guste en serio, porque enamorarse de un chico con novia tiene que ser lo más triste del mundo.

Después Spectra puso un juego de karaoke en la DieStation, el Sing Scar. Al principio me daba mucha vergüenza cantar, pero todas insistieron mucho. Fue raro, nunca antes había cantado delante de nadie, pero encontré en el juego una balada de Nightwitch que me encanta y lo hice. Cuando terminé me estaban mirando con la boca abierta, y me eché a llorar porque pensé que lo había hecho fatal. Pero Lagoona me abrazó enseguida y todas me dijeron que canto muy bien y que nunca habían oído nada parecido. Incluso Operetta me felicitó, y con la voz tan maravillosa que tiene ella eso es un gran halago. Estoy muy contenta, me convencieron para presentarme al casting del próximo musical de clase de teatro. Creo que lo haré.

El resto de la noche vimos una película, nos arreglamos el pelo y jugamos a las cartas. No tuve ninguna visión, fue estupendo estar tranquila en compañía de buenas amigas. 

28 de noviembre

¡Me han dado el papel! Hice caso a las monstruitas y me presenté al casting. Es una versión musical de Romeo y Julieta, una obra de teatro normi preciosa, con un final trágico que me encanta. ¡Y voy a ser Julieta! El único problema es que Romeo va a ser Holt Hyde. Yo adoro a Jackson, somos buenos amigos (tan buenos que Spectra está convencida de que salimos en secreto, qué tontería), pero cuando se convierte en Holt se vuelve bastante insoportable. Pero de todos modos es genial, nunca había estado tan contenta en mis 1215 años. Es una pena que la felicidad nunca dure.

29 de noviembre

Hoy ha sido un día muy raro. Empezó bien, con el primer ensayo de la obra, y estaba siendo divertido hasta que apareció Cleo de Nile. Le montó una escena al profesor por no haberla escogido a ella, y después me aseguró que no tengo el nivel suficiente para hacer de Julieta y que haré el ridículo en el estreno, y se fue dando un portazo.

Me entró el pánico. Imaginé que todos se reirían de mí en el estreno por lo mal que canto, y entonces supe que me habían elegido sólo para poder burlarse. Me fui corriendo para que no me vieran llorar, y aunque Holt intentó seguirme, le pilló por sorpresa y no fue lo bastante rápido. En el baño había un grupo de súcubos haciéndose fotos en el espejo, así que seguí corriendo hasta salir del instituto y llegué hasta un pequeño cementerio que hay cerca. Me gusta mucho ese lugar y suele estar vacío, aunque a veces me encuentro allí con Twyla, una de las pequeñas.

Hoy no había nadie, y me senté en la fuente a llorar. Me sentía traicionada por mis amigas, que me habían mentido diciendo que canto bien. Normalmente lloro en silencio, pero estaba sola, así que no me contuve y dejé salir los lamentos de banshee con toda su potencia. No sé cuánto tiempo estuve llorando, y no me di cuenta de que había llegado alguien hasta que no escuché una voz, con marcado acento de Scaris, que me preguntaba si me encontraba bien. Levanté la vista, avergonzada. Era el hermano de Rochelle (el chico del que había hablado Operetta), que estaba allí delante mirándome con expresión preocupada. 

―No es nada ―dije, secándome los ojos con el fular. 

―Nadie llora así si no le ocurre nada ―se sentó a mi lado, con movimientos lentos ―. Te llamas Crystine, ¿verdad? Yo soy Argile.

―Sí, soy Crystine. Y no es nada, en serio, es sólo que Cleo... mis amigas... ― me eché a llorar de nuevo, sin poder contenerme. 

Él me miró como si no supiera muy bien qué hacer, y tras pensarlo un momento me abrazó y me susurró algo que no entendí. Sonó como “ne pleure pas, ma chère”. Seguí llorando abrazada a él, no podía parar. Si no hubiese estado tan triste, habría revivido de vergüenza. No sé por qué, pero se lo conté todo, aunque fuese un desconocido. Por algún motivo, me sentía segura a su lado.

Solté toda la historia y al fin me calmé. Fue como quitarme un enorme peso de encima. Él estuvo callado un rato, y cuando ya pensaba que no iba a decir nada y me empezaba a sentir muy ridícula, comenzó a hablar. Fue muy breve, pero me hizo ver las cosas con claridad: mis amigas no me harían algo así, y mucho menos un profesor. Cleo tenía envidia de que el papel fuese mío y no suyo, eso era todo. 

Me sentí increíblemente aliviada. Sonreí, y entonces él me dijo que era la primera vez que veía mi sonrisa desde que había llegado a Monster High. Y que debería mostrarla más a menudo. 

Seguimos hablando un rato, sobre todo de música, y después volvimos juntos al instituto. Caí en la cuenta de que él también debería estar en clase, igual que yo, pero no me atreví a preguntarle nada. 

Ahora ya es de noche, y no puedo quitarme de la cabeza el recuerdo de su voz, de su sonrisa y del tacto de su abrazo de piedra. Tengo mucho miedo. 

9 de febrero

No sé cuánto tiempo voy a poder seguir soportando esto. Siempre he sido una chica triste, pero creo que empieza a notarse demasiado. Estoy cansada de buscar excusas, no puedo contarle a nadie lo que siento, y cada día que pasa duele un poco más. Como dice Romeo en la obra, “¿Dices que es tierno el amor? Es demasiado duro, áspero y violento, y pincha como el espino”.

Desde el día en que hablamos en el cementerio, hemos coincidido de vez en cuando y podría decirse que somos amigos. Es un chico increíble. Ojalá pudiera verle feliz con su novia y no sentir nada, pero no soy capaz. Cada vez que los veo juntos es como si me desgarraran el alma, y tengo que sonreír y aparentar que todo va bien. Nadie puede enterarse nunca de esto, y muchísimo menos él. Sé que se sentiría mal por mí, y no puedo consentir eso.

Hoy en la hora de la comida se me ha acercado G. Estaba sola, y se ha sentado en mi mesa sin pedir permiso ni nada. Me he asustado mucho... pensé que lo sabía y venía a decirme que me alejara de su chico, pero me ha sonreído. Es extraño, G no suele sonreírme; no sólo a mí, sino que suele ser bastante brusca con todos. Me ha dicho que me ha escuchado cantar en el ensayo de hoy, y enseguida ha ido al grano y me ha contado que está formando un grupo de música y le gustaría contar conmigo. 

Me he quedado en blanco. ¿Cantar en un grupo? Eso sonaba genial. ¿Cantar en el grupo de G, viéndola cada día y sabiendo que tiene lo que más quiero? Eso ya no sonaba tan genial... pero entonces pensé que si ella tiene un grupo, él andará por allí cerca en los ensayos. Eso significa que podré verle más a menudo, aunque sea en compañía de su novia. Y sólo por eso merecerá la pena todo el dolor.

He aceptado y hemos quedado para mañana. 

No me hace falta tener ninguna visión para saber que esto no puede acabar bien.

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CRYSTINE GLOOM

EDAD: 1215

PADRES MONSTRUOSOS: Una banshee

ESTILO: Suelo llevar ropa blanca, negra o gris. Me encantan los vestidos y faldas muy largos, y las mangas largas y amplias. Y casi nunca salgo sin un pañuelo en el cuello o un colgante bonito.

MI DEFECTO MÁS RARITO: Siempre estoy triste porque sé las cosas malas que les van a pasar a los que me rodean... pero nunca se las digo, no quiero amargarles el día y además no podrían evitar que ocurran.

COLOR FAVORITO: El del cielo en un día nublado.

COMIDA FAVORITA: Stobhach gaelach.

NO SOPORTO: Odio que los monstruos sean amables conmigo sólo para que les diga si su fiesta acabará mal, si sus padres les castigarán o si suspenderán el próximo examen. Mis verdaderos amigos no me hacen esas preguntas.

ACTIVIDAD FAVORITA: Llorar encerrada en el baño. También me gusta cantar, escribir poesía e ir a las reuniones familiares con mi prima Scarah y el resto del clan.

MASCOTA: Mi cuervo Bane. Sabe decir algunas palabras y a veces se pone muy pesado repitiéndolas, pero lo quiero mucho.

MEJORES AMIGOS: Spectra Vondergeist, Jackson Jekyll, Ghoulia Yelps, Argile Goyle, Scarah Screams, Rita Reaper

ASIGNATURA FAVORITA: Drama, por supuesto. Soy especialmente buena en los musicales.

ASIGNATURA ODIADA: Matemáticas. Las desgracias no obedecen a ningún patrón numérico.