Diario de Nut

Hacía siglos que no escribía un diario para mis personajes, pero hoy me he animado y me he puesto con el de Nut. A ver si escribo pronto los que me quedan pendientes.

Por si os perdisteis los otros, os dejo los links del de Crystine y del de Argile.

Soy sólo una sirvienta, pero tengo derecho a mi privacidad. No leas esto.

3 de septiembre

Hace un par de días tuve una conversación muy seria con mis padres, porque me encantaría ir al instituto como la princesa Cleo y las demás chicas de mi edad. Mi padre no lo entendía, me dijo que tengo que saber cuál es mi lugar, en casa atendiendo las necesidades de la princesa, y que para eso no necesito ninguna educación más allá de la que ya tengo. Pero creo que mi madre sí que me comprendió, y convenció a mi padre para que hablaran con el Gran Faraón al respecto. Yo prometí que no descuidaría mis obligaciones, y que utilizaría todo mi tiempo libre para hacer mis tareas. Sinceramente, creo que mi padre accedió porque pensaba que el Gran Faraón jamás lo aceptaría.

¡Pero ha aceptado! Bendito Anubis, aún no me lo puedo creer. Soy consciente de que me costará coger el ritmo al principio, tengo una buena base de educación pero hace siglos (literalmente) que no practico, y los métodos de escritura han cambiado mucho desde entonces. Pero me adaptaré, estoy segura. En un par de días estaré yendo a clase con la mismísima princesa y podré hablar con sus encantadoras amigas, es estupendo. Hasta ahora sólo las veía de vez en cuando, las veces que venían a la casa de visita, y siempre han sido muy amables y simpáticas conmigo. Incluso alguna vez me invitaron a que me quedara a merendar con ellas, y yo lo hacía sin que se enterase mi padre.

La princesa se alegró mucho por la noticia, me dijo que ella le había insistido a su padre para que me permitiera ir a clase. Esta tarde me ha estado ayudando a escoger un conjunto apropiado para el primer día, y me ha regalado un par de vestidos suyos que ya no utiliza y algo de maquillaje. Al final hemos elegido un vestido rosa con estampados de jeroglíficos, unos preciosos zapatos color oro envejecido y una de mis pelucas preferidas, la morada larga con flequillo. La princesa me ha dicho que ella misma me enseñará Monster High, ¡no me lo puedo creer!

15 de septiembre

¡Me encanta el instituto! No he escrito antes porque no he tenido tiempo, estoy muy ocupada entre las clases y las tareas en casa. Por las mañana me levanto muy pronto para servirle el desayuno a la princesa y ayudarla con sus preparativos para ir a clase, y antes de todo eso tengo que prepararme y desayunar yo misma. Y cuando vuelvo por la tarde tengo muchísimo que hacer, menos mal que he hecho amigos y son comprensivos conmigo; cuando no me da tiempo a hacer los deberes me dejan copiarlos antes de la clase, pero intento que sea las menos veces posible. 

La princesa me ha dicho que no tengo por qué seguirla a todos lados en el instituto, que puedo hacer mis propios amigos, y eso he hecho. Me llevo bien con todo el mundo, pero especialmente con una chica encantadora que se llama Kaylee. Asegura que nadie debería ser tratado de manera diferente por su origen, ¡qué ideas más raras tiene! Así es como siempre ha funcionado el mundo. Pero a pesar de sus convicciones tan extrañas, nos llevamos muy bien y cuando mis obligaciones me lo permiten (hasta ahora un par de veces) hemos ido al antro comercial a tomar algo y ver tiendas juntas. Ella está pensando en trabajar en el Coffin Bean por las tardes después de clase, y a mí me parece una locura... ¡es hija de una diosa! ¿Cómo va a ser camarera? Pero está empeñada, y creo que al final lo acabará haciendo, es muy cabezota.

Hoy ha sido una de esas tardes en que he ido al antro comercial, y casi me meto en un problema. La princesa Cleo había quedado con su novio en la casa, y mi obligación en estos casos es quedarme en su habitación con ellos, es una orden directa del Gran Faraón. Pero la princesa me ha dicho que por qué no aprovechaba para dar una vuelta con Kaylee, y así las dos saldríamos beneficiadas, ella tendría un rato a solas con Deuce y yo podría divertirme. Me ha costado un poco acceder, pero al final me ha convencido, lo cierto es que me apetecía y además no me parece justo que ellos no puedan tener un poco de intimidad. Lo malo ha sido que cuando he vuelto me he cruzado en el pasillo con la princesa Nefera... no diré nada sobre ella porque no es correcto hablar mal sobre la realeza, pero nunca nos hemos llevado muy bien. Se empeñó en preguntarme por qué iba tan arreglada para estar haciendo mis tareas en casa, y le dije lo primero que me vino a la cabeza, que la princesa Cleo me había estado utilizando como modelo para ver cómo me quedaban alguno de sus vestidos. Quiso entrar en la habitación de la princesa para asegurarse, y yo empecé a hablar muy alto mientras íbamos hacia allí para que ella pudiese escucharme y prepararse, ¡por poco nos pillan! Cuando entramos la princesa estaba poniéndose el vestido y le dijo a su hermana que estaba probándose sus nuevas compras, y que efectivamente yo la estaba ayudando. No había ni rastro de Deuce, por suerte. Cuando la princesa Nefera se fue, Deuce salió del armario en calzoncillos y con cara de susto, y los tres nos echamos a reír. A pesar del riesgo, fue un momento muy divertido, me encanta poder reírme así con la princesa. Por mucho que diga la gente, creo que somos buenas amigas. Y, ¡por Anubis!, vaya abdominales tiene Deuce. 

20 de octubre

Estoy muy triste. He tenido un encontronazo muy desagradable con la princesa Nefera, y se ha quejado de mí al Gran Faraón. Por suerte él estaba muy ocupado y no le ha hecho caso, pero mi padre se ha enterado de que han molestado al Gran Faraón por mi culpa y me ha gritado mucho. Me ha amenazado con que no voy a volver al instituto porque se me están metiendo ideas raras en la cabeza, pero al final mi madre ha conseguido apaciguarlo y todo va a seguir como está. Aún así estoy enfadada y triste, cuando he terminado con mis tareas me he ido a la cama a llorar y ahora que me he calmado un poco estoy escribiendo. 

Lo que ha ocurrido es que la princesa Nefera ha visto que hoy llevaba puesto un brazalete de oro. Es un regalo que me hizo un día la princesa Cleo, porque ella ya no lo utiliza, y yo no lo había utilizado todavía porque me parecía demasiado lujoso para mí. Pero esta mañana me ha apetecido ponérmelo para ir a clase, para enseñárselo a Kaylee (le encanta el oro), y lo cierto es que me encontraba muy cómoda con él. Cuando he llegado a casa y la princesa Nefera lo ha visto, se ha puesto a chillar y a decirme que cómo me atrevo a llevar joyas, que una asquerosa sirvienta no puede ni siquiera soñar con tocar un brazalete así salvo para ponerlo en el brazo de su señora. Me lo quité y me disculpé, pero el mal ya estaba hecho... ella se llevó el brazalete y se fue a contárselo todo al Gran Faraón, y después fue cuando mi padre vino a gritarme.

Me gustaría contárselo a la princesa Cleo, pero no quiero molestarla con mis tonterías. Al fin y al cabo, sólo soy una sirvienta y lo que yo sienta no le importa a nadie.

12 de noviembre

Hoy es sábado, pero he estado ocupadísima. El sábado que viene es el aniversario de la momificación de la princesa Cleo, y va a dar una fiesta en casa para celebrarlo. He pasado el día preparándolo todo, me encanta organizar fiestas pero estoy un poco preocupada por si hago algo que no esté a su gusto... lo ha delegado todo en mí y eso es mucha responsabilidad. Hace dos semanas envié las invitaciones a todos sus amigos, y también a sus enemigos. La princesa siempre dice que tus enemigos no deben perderse ninguna ocasión de encontrarte fabulosa.

Por la mañana la he acompañado a una tienda de alta costura a elegir su vestido, no ha ido con sus amigas porque quiere que su vestimenta sea una sorpresa para todos. Hemos escogido uno precioso, con adornos de oro y jade, estaba realmente divina con él... tanto que me hizo tener ideas absurdas, como que me gustaría poder ponerme ropa así algún día, ¡vaya tontería! Al final va a ser cierto que el instituto me está afectando, esas ideas no son naturales. Tengo que tener claro cuál es mi lugar, como siempre dicen mis padres. 

Por la tarde ella ha salido con sus amigos y yo he aprovechado para preparar cosas de la fiesta con el resto del servicio. Todo tiene que quedar perfecto: la decoración, la comida, los regalos... ¡es mucha responsabilidad!

Mañana me espera un día largo, tengo que seguir con los preparativos, estudiar para un examen del lunes y ayudar a la princesa con su tratamiento intensivo de belleza, pero creo que me dará tiempo a todo. Ahora, justo antes de irme a la cama, acabo de caer en que el sábado que viene también es el aniversario de mi momificación... quizá mis padres me preparen algún dulce o, si tengo mucha suerte, me regalen alguna pintura nueva para mis cuadros. Pero no puedo exigirles demasiado, con tanto jaleo es normal que ni siquiera se acuerden. Lo importante es que el día de la princesa Cleo salga perfecto.

19 de noviembre

Estoy agotada, pero antes de irme a dormir quiero escribir cómo ha salido todo. ¡Perfecto! La fiesta ha sido increíble, a la princesa le ha gustado todo lo que hemos preparado y se ha puesto muy contenta porque sus amigos le han traído muchísimos regalos y le han dicho todos que estaba espectacular, cosa que era cierta. También le ha gustado que la princesa Nefera se haya puesto verde de envidia al ver lo guapa que estaba y cuánto la quieren sus amigos, y si tengo que ser sincera, yo también me he alegrado por esto. La princesa Cleo puede ser altiva a veces, pero tiene un buen corazón, en cambio la princesa Nefera... bueno, no quiero hablar mal de la realeza, pero no podría describir con palabras cuánto me alegro de ser la doncella de la princesa Cleo y no la suya.

La comida también era estupenda, los sirvientes nos hemos dado un buen banquete en las cocinas con las sobras, y yo también he comido algo durante la fiesta porque nuestros amigos han insistido mucho. Por suerte, mi padre no me vio, y la princesa Nefera tampoco.

Por la mañana la princesa Cleo estaba un poco triste porque el Gran Faraón ha tenido que salir de viaje y no iba a estar en su fiesta, pero al final ha salido todo tan bien y ha sido tan bonito que no le ha importado tanto. Estoy muy contenta, he sido capaz de preparar un buena fiesta y de que todo estuviera a su gusto. 

20 de noviembre

Aún no puedo creer lo que ha ocurrido hoy. Por la mañana he estado comentando con la princesa cosas de la fiesta de ayer, y la he ayudado a clasificar y colocar sus regalos, nos ha llevado varias horas. Por suerte el regalo de su padre ha sido un vestidor nuevo, porque si no no habría cabido todo. Yo la estaba notando un poco rara, pero pensé que sería por lo de la ausencia repentina del Gran Faraón y no le di demasiada importancia. 

Por la tarde se empeñó en que me probase uno de sus vestidos nuevos, uno de los que más me gustó de todos los que le regalaron. Era de color verde jade, con adornos dorados, una verdadera preciosidad. Me dijo que quería probar su maquillaje nuevo y me pintó los ojos y los labios, y después me pidió que la acompañase a uno de los salones. Yo no quería salir de la habitación así vestida, pero me aseguró que su hermana también había salido de viaje y que nadie me diría nada, así que la seguí. 

Al llegar al salón pensé que estaba soñando. Estaban allí todos mis amigos, y había comida, música y una pancarta con mi nombre. La princesa se acercó a mí y me dijo al oído: “No pensarías que me había olvidado de que ayer también era tu aniversario de momificación, ¿verdad?”. Me eché a llorar... ¡una fiesta para mí! Todos vinieron a abrazarme y a decirme que estaban encantados de compartir conmigo un día tan especial. ¡Y había regalos! ¡Para mí! Vestidos bonitos y nuevos, comprados directamente en la tienda. Zapatos, maquillaje, lienzos y pinturas, dos pelucas preciosas, libros, y un brazalete de oro muy parecido al que me quitó la princesa Nefera, pero totalmente nuevo. 

Fue una fiesta más modesta que la del día anterior, pero fue increíble. Nunca, ni en mi vida ni en mi no vida, había tenido regalos ni nada que se pareciera a un día como el de hoy. La princesa Cleo me dijo que soy la mejor doncella del mundo y que me merezco lo mejor, e hizo que trajesen la tarta. La había hecho ella con sus propias manos, y aunque no era perfecta, para mí fue el mejor regalo de todos. 

Nunca había sido tan feliz.

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NUT

EDAD: 3215, si no he contado mal.

PADRES MONSTRUOSOS: Momias (criados del padre de Cleo)

ESTILO: Normalmente llevo la ropa que me regala la princesa Cleo. Me gustan los detalles en dorado, pero no en exceso porque eso corresponde a la realeza.

MI DEFECTO MÁS RARITO: Como sólo soy una doncella, no me momificaron tan bien como a las princesas. No puedo quitarme las vendas y mi pelo es un desastre, pero no me importa, porque tengo varias pelucas preciosas y así puedo cambiar de peinado y hasta de color.

COLOR FAVORITO: El rosa. No había muchas cosas rosas antes, lo estoy descubriendo.

COMIDA FAVORITA: Adoro la fruta.

NO SOPORTO: Me molesta mucho que la princesa Nefera me trate como a escoria. Aunque sea la doncella de su hermana no merezco ese desprecio.

ACTIVIDAD FAVORITA: Compartir secretos con la princesa Cleo y que me permita usar su ropa y sus joyas. También me gusta pintar, sobre todo paisajes.

MASCOTA: Tengo dos gatos, Bast y Tet. Intento educarlos bien, pero les encanta desenrollar mis vendas y embadurnarse en mis pinturas.

MEJORES AMIGOS: Cleo de Nile, Ghoulia Yelps, Lagoona Blue, Deuce Gorgon, Jinafire Long y Kaylee Ma.

ASIGNATURA FAVORITA: Home Ick. Llevo milenios encargándome de las tareas domésticas, se me da genial.

ASIGNATURA ODIADA: Natación. Mojarme las vendas es una tortura, luego pican.